Los teros arman nidos muy poco elaborados y muy expuestos. Apenas hacen un pocito y colocan algunos palitos o material vegetal. Ponen entre tres y cuatro huevos que tardan aproximadamente un mes en romper. Cuidan el nido con mucho celo. Cuando se sienten amenazados o bien atacan en vuelo rasante al observador con sus intimidantes espolones o bien desvian la atención del mismo hacia otro lado.