La razón es la forma en que pisamos. Los humanos somos plantígrados; apoyamos la planta del pie, compuesta por los dedos y los tarsos y metatarsos.
Las aves son digitígradas, apoyan solo los dedos del pie. Los tarsos y metatarsos se fusionan en un solo hueso (tarsometatarso o simplemente metatarso) y sale hacia arriba. Esto lo asemeja más aún a la pierna humana. Recién en el extremo superior del metatarso termina el pie de las aves y allí se encuentra la articulación del tobillo. Es decir el pie de las aves queda "quebrado" en dos partes. Para imitar la disposición del pie de las aves, solo tenemos que caminar en puntas de pie.
Si la articulación que nos muestra nuestra hermosa garcita es la del tobillo, ¿dónde tiene la rodilla? Pues queda oculta junto con el fémur por el plumaje de contorno. El fémur en la mayoría de las aves es un hueso corto.
Otro detalle para prestar atención. Si la aticulación de la garcita marcada en naranja en la primera foto fuera la rodilla, pues entonces la garcita doblaría la rodilla al revés (fíjense que lo hace hacia atrás y no hacia adelante). Si nos ponemos en puntas de pie veremos que nuestro tobillo también dobla hacia atrás.