Junquero - nidificación


Junquero
23-09-09 © Silvia Vitale
Asociado al ambiente acuático la presencia del junquero está marcada por el agua en las lagunas. Su canto inconfundible delata su presencia, aunque sea difícil encontrarlo o seguirlo. Su voz semeja el sonido de una motoneta arrancando, un chasquido rápido y sostenido interrumpido a veces por un zumbido largo.
Es un habitante de juncales que crecen a la orilla de las lagunas. Asoma por entre la vegetación moviéndose rápida e incansablemente. Su color amarronado y su tamaño pequeño también ayudan a que se lo pierda de vista fácilmente. Posición característica: agarrado de varas distintas con las patas abiertas y balanceándose para mantener el equilibrio cuando hay viento

El nido es grande comparado con el de otros pájaros del mismo tamaño. Mide unos 30 cm y lo construyen a medio metro del agua. Tiene forma redondeada con una abertura de acceso. Ambos adultos construyen el nido. Lo tejen agarrado a los juncos (Juncus) utilizando los tallos como urdimbre. Éstos son fácilmente inclinados por el viento. Por lo tanto, el nido debe ser muy flexible para soportar el esfuerzo al que es sometido. En el centro de la mata está más protegido. Utilizan hierbas, fibras de juncos o material vegetal blando que recogen de las cercanías. Una vez terminado colocan plumas en la base.
Junquero
31-10-09 © Roberto Ares
El nido ya estaba empezado. Se ve una estructura inferior de cono invertido conectado con un techo por una columna.
Junquero
01-11-09 © Roberto Ares
Un día después ya llegaron a la altura de la taza y comienzan a cerrar el nido.

31-10-09 © Roberto Ares
El nido es sostenido por columnas, formadas con varas unidas. El junquero gira alrededor de ellas enrollando las fibras y se mete dentro del nido para enganchar las puntas en el tejido. Algunas están revestidas prolijamente con hebras, otras agrupadas en forma muy rústica. A medida que avanzan hacia arriba en el cono entrelazan otras varas como parte del armazón. Compactan el tejido agregando fibras largas y pequeños trozos de material que rellenan partes libres. Los encajan "atornillando" con el pico. Hacen todo el trabajo de adentro hacia afuera del nido. Son muy meticulosos. Antes de partir en busca de nuevos materiales, siempre revisan que no hayan quedado puntas flojas. De ser necesario tironean para ajustarlas. 
Trabajan muy laboriosamente. Es un incesante ir y venir. No trabajan los dos a la vez en el nido. Uno llega y el otro se va. Cada uno coloca los materiales que recolecta en las cercanías. Por momentos abandonan el nido para tomarse un descanso y alimentarse.
Junquero
04-11-09 © Roberto Ares
Nido terminado. La entrada está bastante disimulada.
Junquero
04-11-09 © Roberto Ares
Aportando una pluma para mullir la base. Adentro del nido ya está el otro adulto. De aquí en más se los ve de a uno rondando cerca. Para diciembre no había más muestras de movimiento en el nido. Lamentablemente este nido no prosperó.

El tiempo que tarda la construcción del nido (alrededor de una semana) son días de estimulación mutua manifestados a través de despliegues. Esta especie no presenta dimorfismo sexual, lo cual impide diferenciar las actividades por sexo. Sin embargo, la repetición de algunos patrones de comportamiento permitían adivinar quién era quién.
Junquero
31-10-09 © Roberto Ares
31-10-09 © Roberto Ares
La hembra estimulando al macho exponiendo la cloaca. El macho se mantiene pasivo (en el nido o cerca de él). La mayoría de las veces que se oía el chasquido en el nido o cerca de él era emitido por la hembra. Cuando el macho aparecía, le exponía la cloaca. Posiblemente insta al macho a terminar el nido.

01-11-09 © Roberto Ares