Las aves frente a su imagen
Los vidrios y las superficies espejadas son uno de los tantos elementos que se han incorporado en la vida cotidiana de las aves. Y el resultado de la interacción ha traido varios problemas. Las grandes estructuras vidriadas de los edificios o la ventanas comunes de nuestras casas pueden engañar la percepción del ave en vuelo ya sea porque se trasparentan o porque reflejan el ambiente exterior e irremediablemente se lo llevan por delante. Como consecuencia el ave puede quedar aturdida, herida o incluso morir por el impacto. El número de muertes provocado por la colisión contra ventanas es tan numeroso que se han estudiado alternativas para contrarrestar este efecto y evitar estas situaciones no deseadas.
Pero también puede ocurrir que el ave se acerque a un vidrio o una superficie espejada y vea su imagen reflejada. Qué pasa en estos casos? Si bien la interpretación más generalizada que he escuchado es que ven a un rival y lo pelean, también están los que creen que es un juego. En la bibliografía esta agresividad es asociada a machos de especies agresivas o territoriales que en época de reproducción se comportan de esta manera. Para esta época factores ambientales como la mayor cantidad de luz y temperatura aumenta la secreción de ciertas hormonas que preparan al ave para esta etapa. Esta efervescencia hormonal influye, entre otras cosas, en el comportamiento que se torna agresivo (embisten, picotean y arañan la imagen reflejada) hacia otras aves, especialmente, las de su misma especie. Esta actitud agresiva puede ser desventajosa para el ave porque la imagen no se cansa y el ave puede terminar exhausta y ser presa fácil para los predadores. Es decir, que indirectamente también puede tener consecuencias nefastas.
Fuera de este período de reproducción qué comportamiento deberíamos esperar? Con las hormonas en baja la convivencia se vuelve más tranquila, no se ven las persecuciones ni peleas entre congéneres. ¿Esperaríamos lo mismo para el comportamiento frente a su imagen? Pues no todo es color de rosa. Veamos los ejemplos de Nicolás que no ocurren en época reproductiva.
Pero también puede ocurrir que el ave se acerque a un vidrio o una superficie espejada y vea su imagen reflejada. Qué pasa en estos casos? Si bien la interpretación más generalizada que he escuchado es que ven a un rival y lo pelean, también están los que creen que es un juego. En la bibliografía esta agresividad es asociada a machos de especies agresivas o territoriales que en época de reproducción se comportan de esta manera. Para esta época factores ambientales como la mayor cantidad de luz y temperatura aumenta la secreción de ciertas hormonas que preparan al ave para esta etapa. Esta efervescencia hormonal influye, entre otras cosas, en el comportamiento que se torna agresivo (embisten, picotean y arañan la imagen reflejada) hacia otras aves, especialmente, las de su misma especie. Esta actitud agresiva puede ser desventajosa para el ave porque la imagen no se cansa y el ave puede terminar exhausta y ser presa fácil para los predadores. Es decir, que indirectamente también puede tener consecuencias nefastas.
Fuera de este período de reproducción qué comportamiento deberíamos esperar? Con las hormonas en baja la convivencia se vuelve más tranquila, no se ven las persecuciones ni peleas entre congéneres. ¿Esperaríamos lo mismo para el comportamiento frente a su imagen? Pues no todo es color de rosa. Veamos los ejemplos de Nicolás que no ocurren en época reproductiva.
Calandria grande
Mimus saturninus
Mimus saturninus
"El viernes 14 de marzo pasado me encontraba en la zona de Puerto Madero, cercano a la RECS, donde visualizo a una calandria grande, aparentemente juvenil, posada sobre el capot de un auto estacionado. Estaba de lo más concentrada observando su propia imagen que se reflejaba en el vidrio del parabrisas. Estuvo bastante tiempo en esa posición y luego se dedicó a recorrer otras partes del auto (capot – techo) y finalmente se fue.
ACTITUD contemplativa y de curiosidad."
ACTITUD contemplativa y de curiosidad."
Pepitero de collar
Saltator aurantiirostris
Saltator aurantiirostris
"El jueves 8 de Mayo pasado me encontraba en la RECS, en las inmediaciones de las cabañas sobre la entrada de Brasil y escucho un ruido similar al picoteo del carpintero cuando taladra un tronco pero en este caso era notorio que el ruido no era sobre madera sino sobre vidrio. Vi a un pepitero de collar, que estaba en el alféizar de una de las ventanas de la cabaña. ¿Qué hacía?
Miraba su propia imagen que se reflejaba en el vidrio y de repente se remontaba sobre ella y la atacaba. Luego volvía a posarse sobre el alféizar y comenzaba a tirarle picotazos a “su contrincante”, produciendo el ruido mencionado antes, al impactar el pico sobre el vidrio. Se percató de mi presencia, pero no le importó y siguió moviéndose hacia las otras ventanas y comportándose de igual forma. Esta actitud duró bastante tiempo y terminé retirándome del lugar. A través de las ventanas se divisaba luz fluorescente y gente de oficina trabajando.
ACTITUD agresividad ante un adversario."
Miraba su propia imagen que se reflejaba en el vidrio y de repente se remontaba sobre ella y la atacaba. Luego volvía a posarse sobre el alféizar y comenzaba a tirarle picotazos a “su contrincante”, produciendo el ruido mencionado antes, al impactar el pico sobre el vidrio. Se percató de mi presencia, pero no le importó y siguió moviéndose hacia las otras ventanas y comportándose de igual forma. Esta actitud duró bastante tiempo y terminé retirándome del lugar. A través de las ventanas se divisaba luz fluorescente y gente de oficina trabajando.
ACTITUD agresividad ante un adversario."
Cardenal copete rojo
Paroaria coronata
Paroaria coronata
"El 10 de junio 2014 en Puerto Madero el cardenal común estaba sobre el techo de un auto contemplando su propia imagen, de a momentos buscaba a su contrincante y algo así que lo atacaba pero no agresivamente, sino buscando la reacción del otro. En otro momento se ponía a vocalizar como llamándolo para que participara. En otro momento se deslizaba de cola por el parabrisas y allí se contemplaba en el vidrio y exploraba las escobillas, como jugando y descubriendo cosas. Volaba a un árbol cercano y luego volvía al auto. Creo que disfrutaba muchísimo del momento que estaba viviendo!
ACTITUD ambivalente: Observaba, estudiaba, innovaba, jugaba, llamaba a participar, atacaba como incitando al otro pero no agresivamente sino como un juego. Disfrutaba muchísimo y su canto era como de satisfacción. ¡Un espectáculo!"
ACTITUD ambivalente: Observaba, estudiaba, innovaba, jugaba, llamaba a participar, atacaba como incitando al otro pero no agresivamente sino como un juego. Disfrutaba muchísimo y su canto era como de satisfacción. ¡Un espectáculo!"
Tres individuos de especies distintas, tres comportamientos distintos. Sin reacción activa como esperando que el otro dé el primer paso y como no hay acción pierde interés y se va. Un segundo comportamiento agresivo. Y por último un comportamiento exploratorio. Atraído por la imagen la curiosidad lo llevó a experimentar distintos métodos de comunicación con el otro sujeto. Si aprenden algo no lo sabemos. Tampoco si recorarán algo en su próximo encuentro con un vidrio si lo hay.
Desde mi punto de vista estas son experiencias individuales y no debemos convertir a cada uno de estos comportamientos en un patrón para la especie. Así como no todas las especies de aves tienen las mismas habilidades, no todos los individuos de una misma especie se deberían comportar de la misma forma al menos en la época no reproductiva. Solo tenemos un puñado de especies que han demostrado algún comportamiento al reflejarse en un vidrio.¿Es que hay pocas individualidades o registramos poco? Lo valioso de todos estos casos es que no son situaciones inducidas. Las aves actúan libremente y el observador debe aprovechar ese momento fortuito de estar en el lugar y momento adecuados. Lo complicado de estos registros en libertad es la imposiblidad de seguir a estos individuos y ver cómo reaccionan en futuras ocasiones si las hay. Con información tan fragmentaria tendremos que encontrar muchísima más data para atar cabos.
Desde mi punto de vista estas son experiencias individuales y no debemos convertir a cada uno de estos comportamientos en un patrón para la especie. Así como no todas las especies de aves tienen las mismas habilidades, no todos los individuos de una misma especie se deberían comportar de la misma forma al menos en la época no reproductiva. Solo tenemos un puñado de especies que han demostrado algún comportamiento al reflejarse en un vidrio.¿Es que hay pocas individualidades o registramos poco? Lo valioso de todos estos casos es que no son situaciones inducidas. Las aves actúan libremente y el observador debe aprovechar ese momento fortuito de estar en el lugar y momento adecuados. Lo complicado de estos registros en libertad es la imposiblidad de seguir a estos individuos y ver cómo reaccionan en futuras ocasiones si las hay. Con información tan fragmentaria tendremos que encontrar muchísima más data para atar cabos.