La forma en que estas aves se prenden del soporte nos da pie para hablar sobre su pie. Vemos que de sus cuatro dedos, dos lo abrazan por adelante y dos por atrás y cuando lo apoyan sobre el piso se ve del mismo modo. Esta disposición de dos pares de dedos opuestos (DII-DIII y DI-DIV) se llama pie cigodáctilo y es una de las modificaciones que deriva del pie anisodáctilo, que es la primera más común entre las aves. 

En el pie anisodáctilo tres dedos (dígitos DII, DIII y DIV) apuntan hacia adelante y uno hacia atrás (dígito DI o hálux). En el cigodáctilo el dígito DIV rota y se traslada hacia atrás formando esta figura de dos pares opuestos. La cigodactilia es la segunda más común de los tipos de pie y no debemos confundirla con la heterodactilia, que presenta la misma configuración pero en la forma DIII-DIV (adelante) y DI-DII (atrás). Los trogones (presentes en Argentina, pero no en Costanera) son los únicos que desarrollaron el pie heterodáctilo.

El pie cigodáctilo está presente en tres grupos: cucúlidos (en este se encuentra el pirincho), pícidos (carpinteros) y psitácidos (loros). Como estas familias no están muy estrechamente relacionadas se cree que esta configuración evolucionó en forma independiente. Si bien comparten la estructura de dos pares de dedos oponibles (DII-DIII y DI-DIV), no tienen la misma anatomía muscular. Músculos, tendones y huesos difieren en la organización y junto a otras características típicas de cada una de estas familias se manifiestan en funciones específicas. Ni un pirincho ni un loro trepa como un carpintero, ni tampoco un pirincho o un carpintero agarra la comida como un loro.